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lunes, 23 de marzo de 2009

UNA SONRISA AGRIDULCE, PERO UNA SONRISA AL IN Y AL CABO

Una niña iba paseando por las calles de Madrid, con su perro atado a una correa.
Repentinamente, el perro enloqueció y atacó a la niña, su dueña.
Un peatón que accidentalmente pasaba por allí, intervino y defendió a la niña, matando al perro que no era, ni más ni menos, que un Pit Bull, un perro de presa.
Mientras el peatón tranquilizaba y calmaba a la niña, se le acercó un periodista.
-¡He visto todo!¡Una completa hazaña! Ya tengo los titulares de todos los periódicos de mañana: "Madrileño salva a una niña indefensa del ataque de un perro asesino".
-Perdone, le dice el peatón, pero no soy madrileño.
- No importa, cambiamos el titular a:"Ciudadano español salva a una niña indefensa del ataque de un perro asesino".
-Lamento incomodarle, pero no he nacido en España, espetó el anónimo peatón.
- Eso es irrelevante, contesta el infatigable periodista. Cambiamos de nuevo el titular a : "Europeo salva a una niña indefensa del ataque de un perro asesino"
Apesadumbrado por la insistencia del incansable informador de la verdad, el anónimo héroe le confiesa: "Soy israelí".
Sobreponiéndose a la losa de la verdad, el periodista no ceja en su empeño. "Bueno, eso es accidental y podemos, de nuevo, cambiar los titulares: "Judío asesina a la mascota de una niña indefensa".

LA SALSA DE MAMÁ

Había una vez un muchacho, bien alto, muy buen mozo. Rico, muy exigente y mañoso con la comida. Su madre estaba desespera­da, pues le compraban y preparaban las comidas más exquisitas en la casa, pero no le gustaba nada.

Una noche fue a comer a un restaurante, quería saber si existía allí algo que le gustara. Se sentó, ordenó varios platos, los probó pero ninguno le agradó. Los puso a un lado y gritó:

"¡¿Aquí, acaso, no saben cocinar?!"

Entonces, se le acercó un camarero y le dijo:

"Si quieres comer bien, yo te ayudaré. Sólo espera que termine mi trabajo y me acompañarás. Mi madre cocina muy, muy bien. Te aseguro que nunca comerás con tanto agrado como en nuestra casa."

El muchacho que siempre estaba listo para probar nuevas comidas, aceptó la invitación con muchas ganas. Esperó al mozo hasta que éste terminara su trabajo. Una vez ya fuera, el muchacho le preguntó al mozo en dónde vivía y él le contestó que muy cerca del lugar donde estaban.

Empezaron a caminar, a caminar ya caminar, escalaron ce­rros, bajaron llanuras. Después de algún tiempo, el muchacho preguntó:

"¿Estamos muy lejos todavía?"

El mozo contestó que estaban por llegar.

Continuaron caminando y, luego de dos horas o más. llegaron a la casa de la mamá del mozo. Subieron cuatro pisos y. finalmente. el muchacho que estaba muy cansado, pudo sentarse al lado de la mesa.

El mozo llamó a su madre y le dijo:

"Por favor trae un poco de la salsa que sólo tú puedes preparar."

"Con gusto, .. - dijo la mamá y se fue a la cocina y trajo una buena cantidad de salsa. El muchacho se acercó al plato y comió la salsa sin dejar ni una gota. Llamó a la mamá, agradeció la comida y le dijo:

"Señora, en toda mi vida, nunca, comí una salsa tan sabrosa como la suya. ¿Podría servirme un poco más?"

El mozo se echó a reír y le respondió al muchacho: - "La salsa es la misma que tú comiste en el restaurante, pero tú nunca te habías sentado a la mesa tan cansado y con tantas ganas de comer como ahora."

martes, 17 de marzo de 2009

OTRA SONRISA

¿Qué es lo que sucede cuando una mosca se posa en una taza de café?
Un Inglés: Arroja la taza con la mosca dentro y se pone de pie con displicencia abandonando el bar. Paga su cuenta y se despide con señorío.
El Estadounidense: Saca la mosca de la taza, susurra un ¡shit! Y se toma el café.
Un Chino: Se come la mosca. Se fija a su alrededor si algún espía del gobierno lo vigila y arroja el café a la basura.
Un Japonés: Se toma el café con la mosca porque se trata de un agregado de nutrientes que no tiene que pagar.
Un Israelí: Vende el café al americano y la mosca al chino, comienza a cazar moscas por la calle… las deja al aire libre esperando que alguna se vuelva a meter en la taza de los ingleses y de los chinos que vengan al café para quedarse reciclar sus tazas y así poder venderselas de nuevo a los japoneses a precio de café (sin nutrientes agregados) hasta que logra poner un bar propio.
Un Palestino: Acusa al Israelí de usar violencia en su contra por ponerle la mosca, pide ayuda de la ONU y utiliza un prestamo o un regalo de la Unión Europea aduciendo que se quiere comprar una nueva taza de café pero el dinero lo usa para comprar explosivos y así poder explotar el café en donde están sentados el inglés, el americano, el chino y el japonés con el israelí, a quien acusan de uso desmedido de la fuerza.
Un Español (que mira desde muy lejos): Se apresura a denominar lo sucedido como un “genocidio” contra el palestino, cuando los países latinoamericanos refritan las informaciones de los medios españoles que indican que la “mosca que le puso el israelí al palestino estaba envenenada”, en Madrid se sienten más apoyados y reimplantan la Inquisición.

UNA SONRISA, POR FAVOR

Resulta que el presidente de Irán llama por teléfono a Obama para felicitarlo y contarle un sueño sensacional que tuvo esa noche.
El presidente iraní le cuenta que soñó que: EE.UU. se había convertido en un enorme país musulmán, todos iban vestidos como musulmanes, con galabías, todos llevaban un Corán, las mujeres iban con el rostro detrás de los velos, a todos se los veía muy felices y había grandes carteles por todas partes que decían… ¡BIENVENIDOS A LOS ESTADOS UNIDOS DE IRÁN!
Obama le comenta al Presidente de Irán que él también había tenido un sueño similar al suyo. Obama había soñado que: las ciudades de Irán habían entrado en gran actividad económica, estaban muy iluminadas, muy limpias y activas, los hombres vestían a la usanza occidental, las mujeres no estaban con largos vestidos negros y no llevaban velos, sino coloridas minifaldas y profundos escotes, y todos felices y muy contentos, se escuchaba música alegre en las calles y también que en el sueño vio muchísimos grandes carteles por todas partes.
El presidente de Irán le pregunta a Obama....¿Y que decían los carteles? A lo que Obama le respondió.... ¡NO SE!, no los pude entender. ¡No se leer hebreo!

DILEMAS DE ISRAEL: LAS CONVERSIONES AL JUDAÍSMO por Gabriel Ben-Tasgal para Guysen International News


El Partido de los nuevos inmigrantes de la ex Unión Soviética, Israel Beiteinu (que en las últimas elecciones anexó no pocos elementos que nada tienen que ver con los inmigrantes) ha firmado un acuerdo para conformar el próximo gobierno liderado por el Likud. Uno de los temas más espinosos en las negociaciones, y que podía poner en peligro la conformación de un gobierno de centro derecha estrecho, es el reconocimiento de los matrimonios civiles para aquellas personas que no son consideradas por el Rabinato de Israel como judías. Un tema que atormenta a miles de israelíes que no son reconocidos como judíos y que por lo tanto no pueden casarse en Israel. No es fácil convertirse al judaísmo en Israel.


La ley israelí permite a las personas que se consideran judías “regresar” a Israel y recibir la ciudadanía inmediatamente. La conocida “Ley del Retorno” permite que no solamente puedan hacer “aliá” (inmigrar a Israel) personas que hayan nacido de vientre judío o se hayan convertido, sino también permite que también lo haga el que está casado con un judíos, el que tiene un padre judíos (incluso si su madre no lo es), quien es nieto de un judíos y hasta quien es pareja de un hijo o nieto de judíos. Siendo así, una persona que se casó hace 100 años con una no judía y que se murió hace cuarenta lo está heredando hasta su nietos y a sus parejas el derechos de regresar a Israel (incluso si sus padres, en caso de ser el nietos, no son judíos). Una persona puede recibir ciudadanía israelí pero eso no significa que sea reconocido como judío por el Rabinato de Israel.


Tras la implementación de la Capitulaciones Otomanas y tras la adopción del Acuerdo del Status Quo (1948) se decidió, en Israel, que los temas “personales” serían tratados por la autoridad religiosa de cada minoría religiosa. Así se crea el Rabinato de Israel (1953) que posee autoridad sobre casamientos, divorcios y entierros. El Rabinato sólo puede casar judíos… ¿quién decide quién es judío?, el propio rabinato… ¿bajo que premisas? Lógicamente, la interpretación Halajica (ley ortodoxa) que determina claramente quién es judío y quién no (vientre judío o conversión reconocida).


Al permitirse que puedan hacer “aliá” personas que luego el Rabinato no las reconocerá como judíos (y no podrán casarse en Israel ni enterrarse en cementerios regidos por el Rabinato), viven hoy en Israel unos 320.000 inmigrantes que nos son reconocidos por la Halajá como judíos. Cada año se agregan a esta cifra otros 8.000 inmigrantes no reconocidos. Además, se suman cada año otras 4.000 personas por crecimiento natural que tampoco, valga la redundancia, son reconocidas como judíos.


Según la estimación corriente, desde el año 2000, el 80% de los hijos de los “olim” de la ex Unión Soviética no son reconocidos como judíos. Estas personas son consideradas “psulei jitun” siendo que no se pueden casar con el 75% de la población en Israel. No pueden ser enterradas en cementerios religiosos (por ejemplo si caen en combate defendiendo a Israel no se las puede enterrar en un cementerio militar del Rabinato Militar) ni tampoco pueden adoptar y ser reconocidos por el rabinato. Se trata de un problema que afecta a los derechos humanos, un problema práctico y también, un problema a nivel nacional: Desde el momento que algunos puede hacer una cosa y otros no, se van conformando sub grupos que perjudican aquel deseo de conformar una sociedad renovada y unida en Israel. En Israel hay un grupo importante de personas que se definen como israelíes desde el punto de visto sociológico. Hablan hebreo como lengua madre, hacen el ejército y educan a sus hijos en las escuelas públicas nacionales. Sin embargo, no son considerados judíos. Para estas personas, una solución sería la conversión al judaísmo.


El número de personas, entre los olim, que se convierte ronda entre el 10% al 15%. La mayoría de los “olim” que no son considerados, se siente de todos modos judíos. Solamente el 10% de ellos se registra como “católicos”. Si antes de llegar a Israel, la mitad de estos inmigrantes afirma estar interesado en la conversión, cuando llegan al país esta cifra cae dramáticamente. Una de las causas que explica este descenso son las importantes exigencias requeridas para la conversión ortodoxa, que valga la pena recordar, la única opción válida. El proceso de conversión dura un año. Para confirmar y aprobar que una persona se ha convertido “con éxito” se mide un enfoque sociológico: ¿la persona se rodea por un núcleo de gente religiosa?, ¿pertenece a una comunidad?, ¿dónde estudian sus hijos? Un segundo enfoque se ve en la conducta: ¿cumple mitzvot? ¿come comida casher? ¿se viste de manera sobria? Y por último un enfoque psicológico: ¿el candidato se ve a si mismo como una persona religiosa?, ¿demuestra motivación? Si se cumple el proceso recién señalado, se procede a realizar el Brit Milá (la circuncisión en los hombres) y el baño ritual (Mikveh) en las mujeres. Es verdad… en los últimos años se han desarrollado planes de estudio enfocados en dar respuestas a realidades especificas y que se adaptan a públicos puntuales (y además, que dependen del carisma del rabino que dirige el programa).


Así hemos observado programas exitosos entre inmigrantes de habla hispana o planes de estudio y conversión para soldados en el ejército. Se viene buscando implementar un plan de estudio que considere los planteamientos de las diferentes corrientes religiosas pero lo cierto es que el tema dista mucho de solucionarse y las exigencias actuales de la ortodoxia en Israel promueven que no pocos candidatos a la conversión opten por la “simulación” con tal de cumplir con los requisitos. Mientras que los ortodoxos afirman que estas medidas protegen el carácter judíos de la sociedad y la alejan de la asimilación, otros critican el proceso de conversión en Israel bogando por el fin de la “imposición religiosa” o aduciendo que de tan estricta, la conversión se puede tornar como una opción irrelevante.


El acuerdo firmado entre Israel Beiteinu (de Liberman) y el Likud confirma que se reconocerá por ley el casamiento civil para esas personas que no son judías según la Halajá. Es decir, que para poder casarse por la opción civil el hombre y la mujer deben ser “psulei jitun” (no aptos para casarse). Hay quienes ven en este acuerdo un importante paso para solucionar un problema concreto en la sociedad israelí o para comenzar a derribar el monopolio en el tema de la ortodoxia. Otros lo ven como un paso que se ha quedado a mitad de camino ya que de todos modos los “no reconocidos” siguen sin poder casarse con el 75% de la población.

lunes, 16 de marzo de 2009

CÓMO REB YANQUEL COMPRÓ EL VIENTO

Cuando Reb Yanquel, quien era muy pobre y vivía en una aldea de Polonia, tuvo que pagarle la renta al dueño de su casa, se vió muy afligido. No sabía qué hacer y de dónde sacar el dinero. Temía que el propietario lo mandase a la cárcel y que su familia -que D's no lo permita- pasaría hambre. En su desesperación, fue a ver al Rebe de Kotzk, en la ciudad vecina. Al llegar allí, le dijo:

"Rebe, tengo que pagar la renta anual y el dinero no me alcanza. ¿Qué puedo hacer?"

El Rebe pensaba y pensaba hasta que le dijo:

"Compra cualquier cosa que te ofrezcan en venta. Y Dios te ayudará. Excepto objetos robados, naturalmente."

Reb Yánquel se fue directamente donde el arrendador, para preguntarle si tenía algo que vender. Cuando llegó, había una gran fiesta, y éste se encontraba en el jardín rodeado de sus invitados. El dueño de la casa, al verlo, lo llamó, pero Yanquel se sintió incómodo y quiso retirarse.

El dueño de la casa, que quería burlarse de Yanquel, le pidió que se acercase y le dijo:

"Yanquel, ven acá. Quiero hacer negocios contigo."
Mientras le guiñaba el ojo a sus invitados.

"Pues, pues... quería preguntarle si tenía algo para vender" ­titubeó Yanquel.

"¡Claro que sí! Te venderé el viento."

En este momento todos los invitados que estaban rodeándolos, comenzaron a reír. Yanquel, muy avergonzado, le preguntó al dueño de la casa, cuánto costaba el viento; y él le respondió:

"Es una ganga para ti. Tan sólo cien denarios."

Yanquel. que sabía que sólo pretendía burlarse de él. prestó atención a las palabras de su apreciado Rebe. Así, decidió tratar el asunto como cualquier otro negocio.

"Bien, señor. ¿Cuáles son las condiciones de pago?" - preguntó Yanquel.

"Es muy simple: entre hoy y mañana, debes pagarme cinco denarios; y antes de cumplirse un año, los otro noventa y cinco."

"¿Firmaremos algún contrato?" - preguntó Yanquel.

"Por supuesto" - le contestó el dueño.

Llamaron a su escribano y le ordenó que redactase el contrato dónde debía decir que Zygmunt Polski le vendía al Judío Yanquel Rabinovich el viento por un plazo de diez años, contra pago de cien denarios anuales. Ambos firmaron el documento, y. sin tomar en cuenta las insistentes burlas de los invitados, Yanquel se retiró con respetuosos saludos.

Al llegar a su casa, le contó a su mujer lo sucedido. Ella pensó que se había vuelto loco su marido, pero él le explicó que había seguido el consejo del sabio Rebe.

Al día siguiente, Yanquel saltó de su cama con una idea maravillosa: decidió ir a reclamar la renta por el uso de su viento, pues él era el nuevo dueño, y todos los molinos que había en las propiedades vecinas, usaban el viento.

Tremenda sorpresa para los mol1neros. Les mostró el contrato y no pasó mucho tiempo hasta que Reb Yanquel pudo pagar los cien denarios por el viento y la renta anual de su casa. Así, esta vez el polaco rico ya no pudo burlarse de él.

El que ríe último, ríe mejor.

viernes, 13 de marzo de 2009

PARASHÁ TETSAVÉ/KI TISHÁ por Rav Peter Tarlow


A causa de la celebración religiosa de Purim estudiamos durante la semana pasada Meguilat-Ester (El Libro de Ester). Esta semana volvemos a nuestro ciclo normal y estudiamos la parashá de la semana pasada Tetzaveh (Éxodo 27:20-30:10) y la para esta semana llamada "Ki-Tisah" (Éxodo 30:11-34:35).


Estas dos secciones semanales son dos secciones que no se suelen leer juntas. De hecho, la primera es una de las secciones de la cual muchos lectores de la Biblia preferirían hacer caso omiso. Al contrario, Ki-Tisá nos mantiene el interés ya que trata de la subida de Moisés al Monte Sinal para recibir los Diez Mandamientos y con la historia trágica del becerro de oro. Así se parecen que estas dos secciones semanales son muy diferentes una de la otra.


La primera de las dos que estudiamos se ubica entre la entrada de los Hijos de Israel en un futuro precario. Leímos en una parashá anterior que Moisés debió confesar que Israel va adelante con nada más que la fe. En Éxodo 10:26 dice Moisés "V'anajnu lo nedah ma naavod et Adoshem ad boanu shamah/No sabremos que hacer para servir a D'ós hasta nuestra llegada" Es decir que Moisés tenía una visión y su viaje era un viaje de fe, pero no tenía la más mínima idea cómo iba a llevar a cabo esta visión. Ahora en Tetzaveh, D'os establece la primera estructura en la construcción del Mishcán (tabernáculo portátil). En la parashá que sigue debido del becerro de oro nos enteramos de que cuan rápidamente el pueblo vuelve a la idolatría.


Irónicamente en Tetzaveh aprendemos cómo Aron hubo de vestirse para servir a D'ós como su Cohen Gadol (Gran Sacerdote) cuyo trabajo era dirigir al pueblo en la adoración de D'ós y al contrario lo dirige a la adoración de un ídolo.


Si leemos juntas estas dos secciones que aparecen estar deshilvanadas, vemos que el texto nos enseña que hasta las mejores de ideas necesitan una estructura. En la primera nos enteramos de la manera cierta de construir el mishcán, cómo han de juntar lo espiritual con lo intelectual, y cómo se unificará lo físico con lo metafísico. Es de notar la diferencia de la construcción del Mishcán de la de la torre del Babel. En ésta solo hay la ingeniería sin la espiritualidad, solamente el deseo de crear sin el de servir. En la segunda parashá estudiada aprendemos que se necesita la estructura no solamente en el mundo físico sino también en el temporal. Es en la parashá para esta semana que leemos acerca del concepto únicamente judío de Shabat (el sábado sagrado) y con este día la estructura del tiempo. La lección para esta semana es que la vida no es un solo momento sino un corriente que fluye por el tiempo y nos exige que integremos cada aspecto de la vida con nuestra relación con el Eterno. En los dos casos, hay un sentido de responsabilidad y obligación de dar cuenta por nuestras acciones, Desde la perspectiva de la Biblia todos tenemos una cantidad limitada de tiempo y de energía durante el cual podemos construir nuestro propio mundo. Cómo elegimos estructurar nuestro ambiente y el tiempo que D'ós nos ha dado es nuestra decisión. ¿Cómo van a usar lo suyo?

jueves, 12 de marzo de 2009

VIDRIO Y ESPEJO

Donde la Tora resume la construcción e instalación del Taber­náculo (Mishkan) portátil en el desierto, menciona también que había un espejo para las mujeres que estaban en la entrada para el servicio. No se sabe de cuál servicio se trata. Hay varias opiniones. Según el Midrash, el espejo es para que aprendamos a mirarnos tal como los demás nos miran.

Un cuento jasídico nos cuenta que un jasid - un hombre piadoso - vino a su Rebe para preguntar, para qué servían los espejos en la entrada del Mishkan, y al mismo tiempo pedirle, que invoque la bendición de Dios para él y su familia.

El Rebe le dijo que antes de rogar por la bendición divina, tendrá que estudiar y aprender algo.

"Jankele" - dijo el Rebe, - "pasa al lado de la ventana y mira afuera".

El jasid hizo lo que el Rebe le ordenó. Al pasar algunos minutos mirando para afuera, le dijo el Rebe:

"Jankele, cuéntame ¿qué ves?"

"Veo a mucha gente, hombres, mujeres y niños, algunos bien vestidos, otros en harapos. Algunos están conversando, otros venden sus mercaderías, hay varias personas que hacen compras. Se desarrolla tranquilamente la vida cotidiana".

Entonces le dijo el Rebe: - "Jankele, ven acá al lado del escritorio. Allí hay un espejo. Ponte frente a él y cuéntame, ¿qué ves?"

"Lo único que veo es a mi mismo."

"Esta es la lección" - dijo el Rebe. - "Me gustaría que la aprendieras. La diferencia entre el vidrio y el espejo es: el vidrio deja ver a la gente, el espejo sólo a tí mismo. Quien mira sólo a sí mismo, piensa siempre en sí mismo, en sus problemas; quien mira tras el vidrio, nota y percibe los problemas de los demás. Aprende a desprenderte de tu espejo y mira lo que pasa en el mundo. Participa en la solución de los problemas de los demás, merecerás y recibirás la bendición de Dios y tendrás una vida digna y dignificada, por la cual le rogaría a Dios para ti" - terminó él.

miércoles, 11 de marzo de 2009

REFLEXIÓN DIARIA

En verdad, toda oscuridad no es más que la Luz disminuida.
Rav Kook.Orot Hakodesh II, p. 455

EL VECINO Y LOS CALZADOS

En el segundo piso de un edificio vivía un borrachín. Cada noche llegaba muy tarde, se quitaba los zapatos y como estaba borracho, los dejaba caer al suelo de su pieza.

Y, como era muy tarde, el vecino que vivía en el piso de abajo, despertaba por el ruido causado por los zapatos.

Un día, el vecino de abajo le habló a su vecino borracho de arriba y le dijo: - "Lo que tú bebes, es asunto tuyo. Que te dé prove­cho. A mi no me interesa. Pero, a medianoche cuando te quites los zapatos, no los tires, porque me despierto de un tremendo salto cada noche. Por favor, ponlos bien despacito en el piso".

"Está bien" - le contestó el borrachín.

A la noche siguiente, como de costumbre, el hombre llegó a casa bien borracho y bien tarde. Se quitó un zapato y lo tiró al suelo, como era su costumbre. Al quitarse el segundo, se acordó de lo convenido con su vecino y lo puso bien despacito en el suelo.

El vecino de abajo, al despertarse por el ruido del primer zapato, quedó esperando el ruido del segundo para no despertar una vez más.

Y siguió esperando, y siguió esperando, pero no hubo segundo golpe desde arriba. Entonces tomó un palo, golpeó el cielo raso y empezó a gritar: "¿Y qué hay con el segundo zapato? ¡Estoy esperando! ¡Ya quisiera dormir!".

martes, 10 de marzo de 2009

EL CIEGO Y EL SORDO

Una vez hubo dos hombres en una pequeña ciudad a quienes Dios les proporcionó una casa linda y una buena entrada. Tenían también esposas, hijos e hijas, a quienes podían dar una buena educación. Pero les faltaba una sola cosa en este mundo. A uno le faltó la luz del día, porque era ciego y tenía manchas en sus ojos. Al otro, el sentido del oído, porque era totalmente sordo. Y los dos se quejaban por su mala suerte.

El ciego habló así: - "Oh Dios poderoso. Tú habías creado a miles y miles de seres humanos en este mundo Tuyo y a todos diste ojos para poder ver cuando sale el sol, cómo son los campos y los viñedos y los árboles en flor. Pero yo, aunque tenga ojos, no puedo ver nada".

Y el sordo dijo: - "Dios poderoso, se dice que Tú no habías creado nada en vano y que cada parte del cuerpo que les diste a los seres humanos y a los animales, tiene su por qué y su para qué. Esos oídos que me has dado ¿para qué me sirven? Están puestos en mi cuerpo, sin embargo, yo no escucho nada".

Llegó un médico milagroso a esta ciudad. Toda la gente celebraba sus conocimientos pues, como dijeron, podía abrir los ojos de los ciegos, y también los oídos de los sordos.

Los dos fueron a verlo. Se inclinaron delante de él y le dijeron:

- "Sánenos, señor, y recibirá de cada uno de nosotros una bolsa de dinero como recompensa por su intervención."

El médico enseguida les preparó los ungüentos correspondien­tes.

El ciego untó la pomada sobre sus ojos, los frotó con agua limpia y - sus ojos se abrieron. Y él pudo ver todo. Vio la maravilla del día y el arco celestial lejano e infinito. Vio a los hombres, cómo andan y corren hacia su trabajo. Vio animales y pájaros, todos disfrutando la luz del día resplandeciente.

También su amigo frotó sus oídos con el agua curativa y, de repente, pudo escuchar todo. Se encontró con sus amigos. Hablaron con él y pudo escuchar su voz, hacer diferencia entre las voces bajas y fuertes, entre una voz agradable y desagradable...

Los dos estaban muy felices y contentos con este enorme cambio en sus vidas y se apuraron en llegar a su casa, para contar esta noticia brillante a sus mujeres.
Apenas hubo vuelto el ciego a la puerta de su casa, vio a una mujer fea como un monstruo que vino a su encuentro y le preguntó:

- "¿Dónde estuviste, esposo mío?"

Se estremeció al ver qué fea era ella y pensó: - "¿Tengo que compartir toda mi vida con esta mujer?" - Se quedó muy confundido y angustiado.

Cuando el sordo llegó a su casa, lo maldijo una mujer mala, con las maldiciones más groseras por haber llegado tarde, y ni quería saludarlo. Entonces dijo el hombre que acabó de sanarse: - "¿Tengo que compartir mi casa con esta mujer?" - y se quedó callado porque en su alma se sentía engañado. Y la mujer mala amargaba la vida de su hombre, que hace poco antes era sordo. Ella peleaba con él mucho más que antes, y el ciego que había recuperado su vista, estaba sentado junto a su mujer que parecía un espantapájaros. Estuvieron juntos al lado de la mesa y él no se sentía capaz de levantar su vista para verla, por fastidio.

Los dos estaban desesperados y cansados de la vida y pregun­taron: - "¿Por qué nos ha sanado Dios? Antes estuvimos mejor que ahora".

Probablemente todos entenderán la moraleja de este cuento: No hay mal que no podría ser seguido por algo peor.

lunes, 9 de marzo de 2009

EL PURIM INTERNO por Rav Michael Laitman

Purim, la fiesta de los opuestos: regocijo vs. pesar; ocultamiento vs. revelación; Mordejai vs. Amán; genocidio vs. redención.

¿Cuál es la historia real detrás de ésta fiesta?

¿Que fuerzas actúan en lo abierto? y ¿qué pasa detrás del escenario de esta interesante fiesta?

Un cabalista es una persona que busca dentro de sí en lo profundo las causas de los eventos en su vida. Es evidente para él que lo que sea que esté a punto de descubrir, ya está dentro de él, esperando. Todo lo que tiene que aprender es cómo estar en contacto con la fuerza que hace que las cosas pasen. Esa fuerza lo llevará y guiará a controlar los eventos futuros en su vida, su felicidad personal y la recompensa que fluirá a través de él a toda la humanidad.

En los ojos de la Cabalá, Megilat Ester nos habla de las fuerzas que se descubren en las partes más profundas del hombre. Fuerzas que hablan de lo que uno descubre de la relación de uno con el Creador, las fuerzas que guían los eventos de la vida de todos. Esas fuerzas llamadas Mordejai, Ester, Amán, etc.

La historia de Purim se desarrolla ante la construcción del segundo templo, justo antes de la inmigración a la tierra de Israel. Esta habla de la última batalla antes de la corrección final (Gmar Tikun). En esta etapa, el pueblo de Israel, que simboliza nuestras aspiraciones internas por la espiritualidad vive calmado y pacíficamente en el reino de Ajashverosh.

Mordejai, la fuerza interna dentro del judío, que no quiere nada más que aferrarse al Creador y adorarlo, vivía felizmente y el reino estaba en paz.

El pueblo de Israel representaba la mayoría de los deseos en línea directa (Isra=Yashar, directo) a ( Él=Dios) la escalera del mundo y aprender de Él las leyes del universo y cómo disfrutarlas.

En verdad, en el principio de la historia, la narrativa insinúa que algo anda mal: “Hay una nación que es esparcida entre las naciones”. Es esta nación, que se supone está unida contra todas las otras naciones que quieren solamente su propia gratificación, esta nación cuya fuerza viene solamente de su unidad, es dispersada. Esta es una señal segura que el hombre aún no ha cumplido su destino, por lo que sólo la gente de Israel puede llevar a la humanidad a su meta, la unión con el Creador.

El malo Aman, que representa lo egoísta en nosotros, el opuesto al judío, quiere explotar la situación para beneficio propio. Él eventualmente quiere derribar al rey de su trono.

Él cree que el hecho de que los judíos hayan sido dispersos testifica su debilidad, confusión y falta de fe. Por lo tanto, considera que la situación es una gran oportunidad para eliminar a los judíos de la faz de la tierra, porque ellos son la única fuerza que se interpone entre él y el poder sacar provecho del Creador.

Lo que Amán no logra comprender, no obstante, es que los judíos están dispersos por una razón. Esta se sostiene en el hecho de que la gente de Israel ha sido elevada ahora a un nivel más alto.

Este nivel más alto se refiere a un directo y abierto contacto con el Creador. Una unión tan abierta que nadie será capaz de negarla. Nosotros vemos la verdad de esto cuando al final de la historia, todas las gentes se reforman. El significado es que todos los deseos en el hombre, llamados Gentes, aceptan la fuerza principal que lleva a la confianza y felicidad, llamada Israel.

El judío en un hombre se encuentra limitado. Esa limitación puede sólo ser superada por el malvado Amán. Por eso es que nosotros debemos encontrar al Amán dentro de nosotros.

El principio de la historia nos dice cómo Mordejai, el judío, salvó al rey de los dos asesinos Bigtan y Teresh. Naturalmente, nosotros esperaríamos que el rey pagara a él por su obra, tal vez un aumento, o algún otro tipo de recompensa.

Pero las cosas no son tan simples, porque Mordejai es el Israel en hombre, él no quiere nada sino estar en contacto con su Creador. No quiere ganancia personal, por lo tanto, tú no le puedes dar ningún regalo, porque no lo aceptaría.

Así, para nuestra sorpresa, leemos que no es Mordejai quien es honrado, sino Amán quien de todos los candidatos obtiene los honores, cuando el rey lo nombra cabeza de todos los ministros. Amán obtiene dominación total del reino y a todos los esclavos del Rey se les ordena que hagan reverencia ante él. Esto significa que el egoísmo ha sido ahora elevado a su máxima proporción.

De toda la gente, sólo Mordejai se rehúsa a reverenciar a cualquiera con excepción del rey. La razón de eso es que siempre hay una voz en el hombre que le dice quién es el rey y a quién permanecer leal sea cual sea el costo. Él es el único que lo recuerda, aún cuando el pueblo entero de Shushan está desconcertado y confundido. Aún cuando su vida es amenazada, el leal israelita escoge la lealtad a su rey antes que cualquier otra cosa.

Es sólo a través de la magnificación del ego de Amán a la proporción que este creció, que la gente pudo darse cuenta de lo correcto que era el camino de Mordejai.

La diferencia entre el camino que toma Amán y el que toma Mordejai es el corazón alrededor del cual gira la historia.

Amán quiere sacar provecho del rey y usarlo para tomar el control del reino. Él piensa sólo en sí mismo y resume la fuerza más vil en el hombre, su deseo de gobernar el mundo a toda costa, aún a pesar de su propia destrucción.

La única meta de Mordejai, por otra parte, es descubrir la verdadera escalera del mundo y aprender de ella cómo conducirse a sí mismo. Por lo tanto, no puede ser sobornado en ninguna forma. Puede estar en el castillo del rey y cuidar la puerta mientras todos se inclinan ante Amán. No hay precio a su lealtad. Sabe que llegará el día cuando cada uno se dé cuenta de esto, pero también sabe que no puede imponer su mente en los otros.

Amán toma control del reino, precisamente con el propósito de incrementar sus deseos. El egoísmo es revelado de tal forma que el hombre se dará cuenta de las fuerzas destructivas que habitan dentro de él. Amán decide utilizar el poder que le ha sido dado a fin de realizar su plan de destruir a su enemigo primario: el Israel dentro de nosotros.

El cuidadosamente planea sus acciones, prepara el árbol y la cuerda, confiado de que en unos pocos momentos, la persona que se encuentra por completar sus sueños, será eliminada.

Entonces le preguntan a Amán: ¿Qué debe hacerse con el hombre que el rey quiere honrar? Estando seguro de que él es el hombre más querido, sugiere que fuera sentado en un caballo (la fuerza interna del hombre) y declarar públicamente: “Así es como el rey honra al hombre que el rey más quiere”.

En ese punto la gente de Israel se une. Su plegaria colectiva por el éxito de la misión de Ester, representando la fuerza de la fe, enmendando lo que al principio parecía ser una separación entre la gente. Esa corrección le permite a ella llegar al rey directamente, lo que es el gran milagro de Purim. Antes de eso nadie había podido llegar al rey en esa forma. Sólo la fuerza de la gente unida en plegaria por ayuda, le dió a ella la defensa necesaria para salir del escondite (Hebreo: Hester) y al tener una visión en la cara del rey, a ella se le revela el verdadero objetivo del rey: otorgar a todas las criaturas.

Entonces Amán (la fuerza egoísta del hombre) descubre el fraude, pero es muy tarde para él. Descubre que el propósito del trabajo del hombre es revelar la dominación y benevolencia del rey. Se da cuenta que él fue una herramienta en las manos del rey, cuyos verdaderos deseos fueron cultivar a Mordejai.

Pero en este punto no puede cambiar la sentencia a la que ha sido sujeto. Es debido al gran deseo de Amán de dirigir el reino que Mordejai tiene el honor y la publicidad que merece.

Así los deseos del hombre descubren el intento del rey de otorgar a sus criaturas y la correcta forma de alcanzarlo a Él, el camino de Israel interior.

Israel es el deseo del hombre de estar en perpetuo contacto con Él, quien semeja la realidad con el Rey.

Israel es el que recuerda todo tiempo quién gobierna nuestras vidas y utiliza cada oportunidad para fortificarse en la unión con Él.

Israel es el que nunca desespera cuando enfrenta graves dificultades a lo largo del camino, porque está seguro que éstas solo lo elevan hasta revelarse la benevolencia del Rey.

Israel es el que finalmente ve lo justo de su camino llegando a la Luz a través de la unificación de las fuerzas para el propósito de su vida.

Israel es el que cambia la ocultación a revelación y escribe con sus obras la historia de Ester.

martes, 3 de marzo de 2009

EL TESORO DEBAJO DE LA ESTUFA

Hay cuatro sueños que se convierten en realidad: un sueño en la madrugada, un sueño que ha sido anunciado y presagiado, un sueño que se repite, y un sueño que está soñando otro acerca de esa persona. (Talmud Berajot 55).

Cierta vez, el pobre y menesteroso Rabí Eizik Ben Jekl de Cracovia soñó que debía ir a Praga y excavar debajo del puente que conduce hacia el palacio real, pues allí encontraría un gran tesoro escondido para él.


Se fue a pie a la capital de Bohemia. Cuando llegó al puente, vio allí a un policía caminando de ida y vuelta. Tuvo miedo de empezar a excavar en presencia de éste.
Como el policía tenía su servicio de patrulla en el mismo lugar día tras día, comenzó a sospechar del Rabí y le preguntó por la razón de su comportamiento. El Rabí le contó su sueño.
El policía le contestó con ancha sonrisa: - "¿Quieres decir que tú has recorrido un camino tan largo por un sueño? Parece que ese es el destino de aquella gente que cree en ellos. Si yo creyera, también ya hace tiempo tendría que haberme ido bien ligerito, pues a mí se me aconsejó en un sueño ir a la ciudad de Cracovia, entrar en la casa de un judío de nombre Eizik Ben Jekl, excavar debajo de su estufa, y sacar de allí un tesoro bien importante. ¡Eizik Ben Jekl!

¿Es ésta una información exacta? La mitad de los judíos de esa ciudad se llama Eizik y la otra mitad se llama Jekl. Eso significaría que tendría que excavar debajo de cada casa de la ciudad".


Así habló el policía y no dejó de reír. Cuando Eizik Ben Jekl escuchó sus palabras, se despidió de él y regresó a su casa. Apenas llegó, excavó una fosa bien profunda debajo de su estufa y descubrió allí un tesoro de mucho valor, con el que construyó una sinagoga, que siguió existiendo durante muchos años, con el nombre de "La sinagoga de Rabí Eizik Ben Jekl".

¿Cuál es la moraleja de esta historia? No busques tu buena suerte en las lejanías. La encontrarás en tu propia ciudad, en tu propia casa.

lunes, 2 de marzo de 2009

REFLEXIÓN DIARIA

Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver.

LA BOLSA PERDIDA

Se cuenta que en una gran ciudad de Europa, vivía un hombre muy avaro, el que un día al salir de su trabajo, perdió una bolsa con quinientos ducados. Tan afligido se sentía, que no demoró ni un segundo en ir y poner un aviso en la entrada de la sinagoga para ofrecer una generosa recompensa al que la hubiese encontrado.

Un hombre, tan pobre como honrado, encontró la bolsa y no dudó en llevársela al avaro. Al recuperar éste su bolsa, se arrepintió de la recompensa, diciéndole al pobre hombre:

"En la bolsa tenía mil ducados y aquí no hay más que quinien­tos. ¿Dónde está lo que falta?"

El pobre hombre, que entregó la bolsa sin sacar ni una sola moneda de ella, no pudo probar su inocencia y tuvo que regresar a su casa con las manos vacías. Al saberlo su esposa, le pidió que fuesen a ver al Rabí.

Dos eran las razones de la visita: la conducta del avaro, ya que no cumplió con la promesa de la recompensa, y peor todavía era, elhaber calumniado al pobre hombre.

El Rabí, mientras se pasaba las manos por su larga barba blanca, reflexionaba. Por fin, citó al rico avaro.

"¿Que cantidad de dinero había en tu bolsa?" - le preguntó.

"Mil ducados."

"¿y cuánto había en la que te entregó este hombre?"

"Sólo había quinientos."

"Entonces, esta bolsa no es laque tú has perdido. Devuélvela a este hombre y espera a que te traigan latuya."

Con estas palabras el Rabí despidió a los querellantes. Y el avaro, con dolor en su alma, tuvo que entregar la bolsa al pobre, pues no se debe ofrecer lo que no estamos dispuestos a cumplir.